jueves, 6 de agosto de 2009

EL TORO LOCO

EL TORO LOCO

En todos los tiempos hubo esta enfermedad en los animales lo mismo que en las personas, aun esta cerca el de las vacas locas que a tantos llevo al otro mundo desconocido.

El recuerdo al toro loco, se basa al toro que en los años veinte del siglo pasado, hubo un toro en Corme en la parroquia de San Adrián, donde el pobre animal un día estaba trabajando en Forxan tirando de un carro del país y comenzó a echar la lengua fuera, donde se le puso de un color azul según sus dueños, al mismo tiempo comenzaba a retorcer la cabeza y ponerse de rodillas de las patas de adelante. Sus dueños al ver esto los suelta a el y a su compañero, al cabo de un rato se levanta y comienza a comer como si no pasara nada, los dueños al ver esto pensaron que fuera un golpe de calor, ya que el día estaba bastante caluroso, ya no le pusieron al carro por si acaso lo volvía a hacer. Al llegar a casa le tuvieron en observación vigilado por un señor que tenía conocimientos de enfermedades en los animales una especie de veterinario de aquellos tiempos, el animal estaba tranquilo, solo lo de la lengua que continuaba azul pero menos, el curandero le dio un berberaje con una botella a la fuerza, que el toro retrocedía hacia atrás.

Cuando vieron que todo pasara quisieron ponerlo al carro, pero el toro no obedecía a su dueño como si le tuviera miedo al carro, volvió a llevarlo a la cuadra dejándolo solo. Serian las once de la mañana cuando la señora de la casa escucho un fuerte golpe en la cuadra, ella con precaución se asomo a la puerta de la cuadra y el toro estaba tirado en el suelo y con la cuerda rota, al verla quiso ponerse de pie y no pudo hacerlo enterrando un cuerno en el estiércol, la señora ya pensó que estaba muriendo y lo dejo. Al llegar a casa su marido le contó todo lo ocurrido, y sen pensarlo mas fue en busca de un carro de un vecino mas grade que el suyo para llevar al animal a la Armida donde se enterraban los animales, cuando dejaron al animal solo, volvió a intentar levantarse consiguiéndolo pero como hacen los terneros al momento de nacer, cuando llegaron para llevarlo estaba comiendo.

Así paso un tiempo, donde no podían sacarlo para fuera de la cuadra, le tenían que poner refuerzo el la cuerda para amarrarlo al pesebre cuando tenía mal no paraba nadie junto a el. Decidieron darle muerte pero la pena entraba en sus dueños, como decían, un toro tan bueno, un toro tan bueno si pero para nada.

Comenzaron a hacer una caseta en la Costa de Corme Aldea, en una finca que tenía la familia que hoy se conoce como a caseta do boi.
Y así el pobre animal encerrado en esta caseta paso sus últimos días que fueron algunos años padeciendo su enfermedad de la locura.

Este relato lo contó su dueño Gabriel do Reino que aun el era muy joven cuando ocurrió esto.

Luís Suárez Corme-06-08-09

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