miércoles, 12 de agosto de 2009

MIS MEMORIAS ( 3 )

MI PRIMER TRABAJO OFICIAL

Al cumplir los catorce años, después de guardar ganado, comencé a arreglarme para trabajar como marinero en el puerto natural de la Barda en Corme, en la embarcación – chalana, Jordania, con mi padre y abuelo Luis, comíamos más golpes de mar que beneficios, aunque para aquellos tiempos se pescaba mucho y valía poco el pescado y marisco, teníamos días de coger hasta cincuenta o más centollas, percebes hasta cien quilos, en la noche trabajábamos a las nécoras, cogiendo hasta dos cientos o más, también trabajábamos con los trasmallos, donde cogíamos de todas especies de pescado de nuestra zona, desde jurel, rodaballo, merluza y otros.

El veintiséis de Noviembre de 1.963, al cumplir los 15 años, embarqué como marinero interino en el mercante costero Lacar. Empecé a conocer todo el malo y bueno de la mar, en el primer viaje fue de Vilagarcia a Barcelona, cinco días de mareo y sin comer, yo estaba acostumbrado a la chalana, y el balanceo del barco era diferente, yo apenas llegaba a la altura de la rueda del timón del barco para llevar el rumbo marcado por el capitán del barco, las cabillas de la rueda, me pasaban cinco o diez centímetros por encima de mi cabeza. Todo esto para mi, era todo, o continuar hasta terminar el contracto de interino de dos meses o marcharme en el próximo puerto. Aguanté hasta el final, terminé mi contracto en el puerto de Barcelona el 10 de Febrero de 1.964. Pasé un tiempo en casa esperando otro contracto de interino en el mismo barco. Yo ya comenzaba a sentirme más hombre, y también más fuerte, ya soñaba con mi próxima aventura de marinero, ya pensaba en aquella chiquilla de Melilla, hebrea, blanca como la leche, solo una cosa nos separaba, la familia de ella no quería que saliera con ningún Europeo, ella era todo distinto, salía de casa con la túnica Árabe y cara tapada. A los cien metros de su casa, se ponía como ella decía, ahora ya soy libre, ya me siento Española, quisiera marcharme para la península, aquí solo pasamos hambre y nos sentimos marcadas por un hombre que no conocemos, y nuestra familia nos hace acostarnos con todo árabe que traiga droga o ganado… Esta joven árabe tiene 16 años y ya fuera casada dos veces a la fuerza por sus padres. Ella me decía, Luis cuando tu te marches, quiero irme con vosotros para la península, ella pensaba que aquello sería fácil, pero nosotros sabíamos que aquello nos traería malas consecuencias o mismo cárcel.
El veinte de Julio de 1.964- Corme.

A mis 16 años, volví a embarcar otra vez en el moto nave Lacar de interino, esta vez sería un interinage mas largo que el anterior, volvimos a recorrer parte de España Argelia y Marruecos, en estos años Argelia estaba en guerra contra los colonos Franceses. Septiembre del 64 tuve una pelea con moro, donde él sacó un cuchillo de medio metro de largo, y cuando ya me tenia contra una pared aparecieron dos militares del país árabe y me salvaron la vida, donde luego me llevaron al barco, no volví a salir en este puerto de Tánger. Tánger, es un puerto muy bonito, casas mediterráneas aunque en otros mares, sus bellas casas, todas blancas, sus jardines verdes en una tierra seca, sus mujeres hermosas igual a sus jardines, tienen sus mejores flores; Mora, mujer Africana, y de religión musulmana o islámica. Sus pasos cortos y seguidos, es su túnica blanca la que guarda ese cuerpo de líneas de esbelta y rebelde; si yo fuera moro, te sacaría ese pañuelo de seda que esconde esa cara de niña buena para besar esos labios rojos, que parecen claveles en la primavera, te sacaría esa marca de la frente, y te pondría la libertad de mujer mimada.

De Tánger a Valencia, marinero, tu viaje es largo, yo pensaba, dejaba atrás muy bonitos recuerdos, ya estaba en aguas de mi España. Ceuta aunque mora, señora de las provincias de la África Española. Entraba en el estrecho de Gibraltar, grandes barcos, pequeñas gaviotas que surcaban, sin licencias ni pasaporte, en nuestra ruta nos cruzamos con el trasatlántico mas adelante el Virgen de Ceuta salía de Algeciras cargado de turistas y trabajadores con pasaporte, Mores y Cristianos se cruzaban en aguas del Mediterráneo, gaviotas que surcaban los aires libres de aduanas salían de la Línea de la Concepción rumbo a Orán Argelia. Luis despierta, decía el capitán del barco Señor Saleta, la estela del barco se juntaba en un zig-zag. El Lacar comenzaba a enfrentarse con un viento del levante, un balanceo de babor a estribor comenzaba a estrujar los aceros del viejo Lacar, teníamos una noche por delante bastante mala. Manuel saca 100 revoluciones al motor, le decía el patrón al maquinista, yo en aquellos momentos estaba en la rueda del timón. El capitán Saleta siempre alerta dentro del puente, caminaba de babor a estribor, a las cuatro de la mañana, unos minutos antes de cambio de guardia, un golpe de mar dejo todo en silencio, la rueda de gobierno comenzó a dar vueltas como si fuera un volante del motor, Luis fue lanzado contra la mampara de babor del puente. José Manuel el contramaestre tracto de llevar el barco a su rumbo consiguiéndolo entre el y el capitán, yo seguía medio inconsciente tirado por tierra.
Entre golpes de mar, llegó mi relevo, ya que las literas estaban en la proa del barco y teníamos que pasar por encima de las bodegas, agarrados al puntal del palo de proa cuando hacia mal tiempo. Este marinero que vino a relevarme, era mi padre Francisco. Cuando llego al puente, yo ya estaba en pie, solo fuera un pequeño golpe en la cabeza, a las siete de la mañana el tiempo fue cambiando, y cuando estábamos a la altura de cabo Palos, todo era diferente a cuando pasamos todo este calvario, buen tiempo teníamos una brisa del Este. Llegamos a Valencia a media tarde de un sábado. Todo ocurrido pasaba a la reserva que todos marineros tenemos.
Ahora Teníamos que divertirnos en Valencia. El Lunes salíamos rumbo a Barcelona, el Jueves rumbo a Alicante, pasábamos el Domingo en Alicante, salíamos el Lunes tarde rumbo a Ibiza, y de esta vieja y hermosa isla cogíamos un contrato de viajes de Valencia a Oran Argelia. Durante unos meses, estuvimos haciendo esta ruta transportando materiales de la construcción. Después otro contrato de unos meses de Valencia a Barcelona, transportando arena para una fábrica del cristal. Ya estaba llegando mi relevo del interinage, al terminar este contrato de Valencia a Barcelona, pusimos proa hacia Galicia con escala en Lisboa, y de esta gran ciudad Lusitana, pusimos rumbo a Villa garcía donde me estaba esperando, mi reemplazante.
Pasé unas pequeñas vacaciones en mi pueblo, Corme. A los dos meses me ofrecieron una plaza en un pequeño barco, que yo no-tenia con buen agrado su capitán, me conquistaron y embarque el 12 de Mayo de 1965 en Ribadeo, como marinero interino, recorriendo puertos del norte de España, mis relaciones con el capitán comenzaron en pocos días a ponerse al margen de lo que esperaba, riña tras riña pasé unas semanas, y tuvimos un viaje a Corme, y yo aproveche para decirle al capitán Jesús Varela también de Corme que cogiera otro por que yo me quedaba en tierra, el no quería dejarme e incluso dijo que la empresa armadora no pagaría los días que tenía trabajados, yo puse firme mis planes y conseguí otro marinero y me pagaron todo.
Pasé ocho días en casa, cuando estaba en el salón de baile Miramar de Corme, un compañero me informa de que en su barco buscaban un engrasador, y el lunes me presente junto la mujer del capitán Jesús Neira en Corme. El barco estaba en La Coruña.

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